¿Qué es el abuso de sustancias?
Las personas empiezan a consumir sustancias por una razón: les hace sentir bien. Al consumir sin moderación, el cuerpo y la mente experimentan una serie de cambios. Una persona puede desarrollar dependencia y, con el tiempo, a pesar de las enseñanzas y sermones sobre los efectos nocivos y abusivos, seguir tendiendo a anteponer el consumo de la sustancia a sus amigos, familia, carrera y bienestar.
Nunca empieza así. Siempre empieza como un lubricante social o un estímulo para la vida, y para la mayoría de la gente, ahí se queda. Esas personas tienen suerte y podrían considerarse bebedores promedio. La ciencia no sabe realmente por qué algunas personas se vuelven adictas y otras no. Desafortunadamente, el consumidor dependiente puede necesitar atención médica y desintoxicación del abuso de sustancias, y si está dispuesto, puede recibir las herramientas para mantenerse sobrio y vivir una vida plena y productiva.
Señales de adicción
Existen muchas maneras de diagnosticarse a uno mismo o a otra persona como adicto o alcohólico. ¿Has intentado dejarlo y no lo has logrado por ti mismo? ¿Puedes dejarlo por un ser querido? ¿Te enfermas sin consumir?
Dos factores principales a reconocer son el aspecto mental y el físico. El físico lo entendemos porque sentimos dolor o placer. El mental es más confuso porque sentimos angustia, neutralidad o alegría. Cuando una persona se somete a sustancias químicas durante un período prolongado, se vuelve dependiente de ellas, lo que altera sus reacciones mentales y sensaciones físicas. Se vuelve más difícil colocarse, alcanzar el placer, y el cuerpo y la mente reaccionan de forma natural con incomodidad si no se alcanza ese nivel de placer.
La resaca es un término que se usa para una versión leve del síndrome de abstinencia, y no es de extrañar que una bebida o una droga alivie esa sensación de malestar. Ojalá funcionara de verdad, pero en cambio, el cuerpo empieza a anhelar más para sentirse mejor cada vez que se detiene la experiencia. Lo desconcertante es que el alcohólico y el adicto vuelven a la abstinencia una y otra vez y, en la mayoría de los casos, necesitan desintoxicación médica para detener los síntomas de abstinencia física y mental.
Si a alguien le saliera urticaria cada vez que come mariscos, uno pensaría que simplemente dejaría de comerlos para evitarla. El principal problema del verdadero adicto o alcohólico se centra en su mente. La fuerza de voluntad de una persona puede ser fuerte en todos los demás aspectos, pero en lo que respecta al alcohol y las drogas, a veces es casi inexistente. A eso lo llamamos el punto blanco mental o la peculiar distorsión mental.
En esos momentos, el adicto o alcohólico no puede encontrar la fuerza suficiente para dejarlo. El impulso se convierte en “sentirse mejor”. Es un deseo irresistible de consumir drogas o alcohol a pesar de querer dejarlo. Puede parecer que mienten cuando dicen que no volverán a consumir drogas ni alcohol; sin embargo, cuando dicen “He terminado para siempre”, puede que estén diciendo la verdad en ese momento. No solo eso, sino que su cerebro ha sufrido daños y necesita reparación. Tras la desintoxicación, será necesario trabajar para desarrollar una nueva forma de pensar sin consumir drogas ni alcohol.
La recuperación es definitivamente posible y se está produciendo en todo el mundo. Hemos comprobado que los dos primeros meses de sobriedad son la base fundamental para una recuperación a largo plazo, por eso diseñamos este programa.
Síntomas de abstinencia
Muchas drogas de abuso se asocian con el desarrollo de una dependencia fisiológica significativa, especialmente cuando se consumen en grandes cantidades y durante un período prolongado. Cuando una persona desarrolla dependencia a una sustancia, puede correr el riesgo de experimentar síntomas de abstinencia desagradables al intentar dejar de consumirla.
La gravedad y la duración de la abstinencia de la dependencia a sustancias dependen de muchos factores, como la cantidad de droga consumida y su frecuencia. Desafortunadamente, la abstinencia de drogas suele ser una experiencia profundamente incómoda que puede estancar o complicar la recuperación.
En algunos casos, la abstinencia no controlada puede ser peligrosa y requerir atención médica para garantizar la seguridad de la persona durante el período de desintoxicación. Los síntomas pueden incluir ansiedad, fatiga, sudoración, vómitos, depresión, convulsiones y alucinaciones. Algunos síntomas de abstinencia pueden ser incómodos, pero rara vez representan un peligro inmediato, mientras que otros pueden ser muy graves y potencialmente mortales.



